Siempre me gustó jugar con la idea de la muerte. Acercarme a ella como lo hace quien se asoma a un acantilado, y permanecer ahí, sentada, mirando las vistas,
sintiendo la adrenalina del momento…
Siempre me gustó llegar hasta el límite de las cosas y quedarme en la línea,
disfrutando de lo prohibido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario