Eres indiferente a todo, indiferente a mi. Eres la diferencia de amar.
No quiero ser algo constante en tu vida pero me es indiferente lo que piensas, ahora somos tú y yo.
Soy tu amor amargo, tengo el sabor de la sal y el limón, y tú no eres nada mejor que eso, eres sólo una perdición más en mi vida.
Sólo quiero verte a instantes y dejar de verte al momento para echarte de menos de nuevo, o eso creo.
No olvides que eres lo que eres gracias a mi, que puedes dejar de serlo cuando quieras y que yo nunca jamás estaré para perdonártelo. Dejando claro esto, vivamos juntos eterna e indiferentemente.