Lectores de buen gusto

martes, 27 de mayo de 2014

Cosas que saben a poco...


Rara vez tenemos la fortuna de encontrar a alguien con quien compartir silencios, 
sin que estos resulten incómodos.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Hay cosas imposibles.

Ojalá, algún día, venga un chico que me diga: 
''Soy el hombre de tu vida. 
Te dejaré tener ideas propias.''
Pero eso no va a suceder; 
es demasiado bueno para ser verdad.

sábado, 10 de mayo de 2014

Matices.

Tú no necesitabas hundirte en mi oscuridad. Tú ya te encontrabas inmerso en una escala completa de grises, en un retrato antiguo, añejo y melancólico. Tus días ya tenían sabores amargos y aromas dulces que se iban desvaneciendo en el viento enrarecido, tenías una realidad distante a la humana y estabas habitado ya por mil almas, tenías rastros de amores pasados y cicatrices por todo el cuerpo. Eras ya un producto de sonrisas que fueron perdiendo su color, aunque cada parte de tu ser seguía respirando vida. Por eso no necesitabas hundirte en mi oscuridad, porque al igual que yo, tu ya llevabas incrustados trozos de historias que en un momento, siendo presentes, fueron olvidando su tinte original y terminaron por desteñirte, al igual que a mí, hasta el alma.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Caos de tiempos.

En mi eterno caminar en una de las calles agrietadas, veo a alguien que alguna vez conocí. Mi pasado siempre me persigue. Él mirá directamente a un punto lejano y me ignora, como si no existiera en este plano de la “realidad”. No me sorprende. Concepción es una ciudad atemporal y superpuesta en diferentes espacios y tiempos o por lo menos, eso me gustaría pensar…

Inexistencia.

No hay nada peor que estar por estar, existir por existir; sin razones, sin motivaciones, sin nada que nos hagas ir más allá que el simple hecho de estar vivo. Estar vivo es sólo un añadido, así la receta no estará completa.

martes, 6 de mayo de 2014

Pura contradicción.

No quieres tener amigas, pero no quieres que ellas se alejen. Quieres dejar de destruirte, pero sabes que te calma. Quieres estar muerta, pero sigues respirando.

sábado, 3 de mayo de 2014

Mirar sin ver.

Me pregunto
si toda esa gente
que me mira por encima
del hombro,
conseguirá ver
a través de su rimmel,
de su ropa de moda
y sus prejuicios sociales.
Si con sus propios ojos
lograrán apreciar
la belleza de la mirada
reflejada en el espejo.
Y si algún día se quitarán las gafas 
de los miles de ojos del mundo
que nada ven.

Querida yo:

Hola, hace tiempo que quiero decirte algo. Eres fuerte. Ni tu misma te imaginas cuan fuerte eres. Pero mucho. Puede ser que ahora mismo no te sientas fuerte. Más bien te sientes débil. Pero por lo que tú has pasado, es mucho y, aún así cada día tienes una sonrisa en la cara. Más falsa o menos falsa, pero tienes esa sonrisa.
Sé que cansa sonreír, pero, igualmente lo haces.
Tienes ganas de rendirte y, a menudo lo haces ¿Y? ¿Por qué no ibas a poder rendirte? ¿Quién dijo que estaba prohibido?
Ahora piensa; has aguantado mucho y sí, las personas tienen límites. Pero, ¿Acaso ya no puedes más?
Que duela no significa que ya no puedas continuar. Aguanta un poco más, solo un poco. “¿Hasta cuando?” Hasta que ya superes un límite. Cuando veas que ya realmente no puedes más. Para, ríndete.
Las personas coherentes, fuertes y valientes, aceptan una derrota. ¿Has perdido? Algunas cosas sí, no todas.
Empieza a creer en ti, a verte fuerte, a quererte.
Antes de querer que te quieran, quiérete a ti misma.
¿De qué sirve que te quieran si tu ni siquiera puedes disfrutarlo?
Mírate, eres preciosa. Así que corre, sal a comerte el mundo, porque habrá algún día, en el que dirás: “¿Y si yo hubiera hecho…?” ¿De verdad quieres/podrás vivir con las dudas? ¿o prefieres encontrar tu camino y arrepentirte de lo que has hecho y no lamentarte de lo que no hiciste?
Venga, anímate.

Nos gusta destruirnos.

Existe un momento durante el llanto, en el cual ya estamos casi desahogados y, sin embargo, buscamos algún otro recuerdo triste para seguir llorando.