Dime cómo manejar algo que no es tangible, Cariño.
Me encuentro en un limbo. En un sí, en un no, en un depronto. Ni en el
norte, ni el sur, ni en el este, o el oeste o siquiera el centro. No hay
arriba, no hay abajo, no hay nada. Me encuentro en medio de ningún lado
con la mano llena de promesas que se deslizan por mis dedos como nubes.
No me encuentro, amor, y no te encuentro a ti tampoco.
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