Lectores de buen gusto

sábado, 10 de mayo de 2014

Matices.

Tú no necesitabas hundirte en mi oscuridad. Tú ya te encontrabas inmerso en una escala completa de grises, en un retrato antiguo, añejo y melancólico. Tus días ya tenían sabores amargos y aromas dulces que se iban desvaneciendo en el viento enrarecido, tenías una realidad distante a la humana y estabas habitado ya por mil almas, tenías rastros de amores pasados y cicatrices por todo el cuerpo. Eras ya un producto de sonrisas que fueron perdiendo su color, aunque cada parte de tu ser seguía respirando vida. Por eso no necesitabas hundirte en mi oscuridad, porque al igual que yo, tu ya llevabas incrustados trozos de historias que en un momento, siendo presentes, fueron olvidando su tinte original y terminaron por desteñirte, al igual que a mí, hasta el alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario