Lectores de buen gusto

viernes, 19 de septiembre de 2014

No hay huecos para la luz.

Dentro de mí hay un pequeño mundo que no sé ni de qué color es. Y hay días en los que me siento tan extraña aquí dentro que solo quiero mandarme a la mierda y llenarlo todo de negro para que no se vea nada. Así por lo menos tengo la excusa 
de que es imposible orientarse.

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