Lectores de buen gusto

martes, 30 de julio de 2013

No fue fácil aprender.

He aprendido a amarte de muchas maneras, me has enseñado tantas que cuando no puedo verte he aprendido a amarte con solo oír tu dulce voz, que cuando no puedo tocarte he aprendido a amarte a través de tu fresco e inconfundible aroma, incluso he aprendido a amarte en mi mas terrible soledad, donde el solo recuerdo de tu tierna y cálida sonrisa me ha brindado compañía, he aprendido a amarte en la mas negra oscuridad donde solo el imaginar el deslumbrante brillo de tu mirada ha bastado para iluminar mi vida, he aprendido a amarte en la distancia donde con solo cerrar mis ojos tu ya estas conmigo, en el mas profundo silencio donde el evocar el delicado timbre de tu voz cual coro de ángeles me has llenado de gozo, he aprendido amarte con la irracionalidad del odio, con la fuerza e intensidad que da la pasión, he aprendido a amarte con la ternura y devoción de lo divino, te he amado de muchas y tantas maneras que solo hay una en la que no he aprendido y que tu nunca me enseñaste en el olvido.


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