Lectores de buen gusto

viernes, 5 de julio de 2013

Todo tiene un momento preciso.

Todo llega en su momento, y ese momento es puntual, no antes, no después.
Así como el amanecer aparece después de la noche...
así como la calma llega después de la tormenta...
así como un segundo le sigue al otro...
Inevitablemente, afortunadamente, todo encuentra su lugar.
A veces es necesario perder para caminar más ligero,
a veces se va ganando más, haciendo pequeñas renuncias;
renunciar no quiere decir no luchar
sino, muchas veces, es dejar ir lo que ya se fue.
Por eso hay que vivir el instante en el que estamos con responsabilidad, con amor, con fe y con los pies sobre la tierra.
Si soñamos, debemos tener más que un sueño,
debemos tener todo un plan para lograrlo,
la amargura y tristeza llegan de los sueños no conseguidos,
pensando que soñar es gratis, y que gratis nos llegarán las cosas.
Es necesario aprender a distinguir lo que nos nutre, así como lo que nos enferma,
a no alucinar con amores que nos destruyen y nos consumen,
a veces, hacerlo no es orgullo ni vanidad, sino un poco de amor propio.
Saber decir sí, y saber decir no en su momento,
saber cuándo luchar y cuándo ondear la bandera blanca,
saber perdonar y saber pedir perdón es importante,
y de lo demás no te preocupes, que todo llega en su momento.
Libérate, vive, ama, equivocate, sueña, ten fe,
y de lo demás no te preocupes, que todo llega en su momento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario