Lectores de buen gusto

domingo, 9 de noviembre de 2014

Terminó.

Te llamaba porque te extrañaba, pero no como tu crees. 
Extrañaba las risas, bromas y peleitas. 
Extrañaba como me exigías que dijera lo que tenía. 
Extrañaba poder hablar contigo. 
Extrañaba simplemente saber que no estaba sola.
Pero todo termina, terminó la escuela, terminaron los frios secos, terminó nuestro pequeño mundo de charlas nocturnas. Y terminó nuestro jueguito masoquista que se llevó sin querer nuestra amistad.
Todo terminó. 
Terminé yo.
He repetido tantas veces la palabra “terminó”, que perdió el significado. Así que nada importa mucho en realidad.
Terminó tu tiempo y la gran importancia que tenías en mí.

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