Caminos equivocados.

Estoy en ese momento de mi vida en el que no sé que hacer conmigo misma.

Siento que he elegido mal, que me he equivocado... pero también siento que me da miedo admitirlo.

No quiero decepcionar a nadie. Decepcionarme a mí misma me da igual porque ya lo he hecho y no hay mayor decepción para uno mismo que tener que reconocer una derrota. Además, uno de mis grandes defectos es mirar más por el bien de los demás que por el mío mismo, así que, eso de decepcionarme lo llevo bien. Aunque por otro lado, pienso que aún estoy a tiempo de elegir otro camino en mi vida; soy joven y tengo ganas, quizás no tengo los medios, pero dicen que el que quiere puede y yo tengo tiempo para poder, porque lo de querer lo tendré dentro de mí siempre. El día que deje de tener la ganas de querer sabré que he fracasado súbitamente.

Ahora mismo estoy en un callejón sin salida, no sé si romper con todo lo establecido y volver a empezar de cero. Siempre he odiado mirar hacia atrás y recomponerme, soy de las que piensa que hacia atrás no se va ni para coger impulso, pero supongo que tendré que tragarme mis pensamientos y empezar a quererme un poco más, a pensar más en mí y menos en los demás y hacer lo que quiera, porque la que va a levantarse cada mañana, durante el resto de mi vida, para hacer algo que no le gusta seré yo y nadie estará ahí para darme un empujoncito de ánimo.