Lectores de buen gusto

domingo, 21 de abril de 2013

Sin sentido.


Me encontré con sentimientos familiares en un lugar extraño y desconocido. Tal vez no eran los objetos que me rodeaban, sino el peso de su presencia que al levitar sobre mi pecho me causo una sensación inexplicable. Una sensación que me ha encerrado en medio de sus cuatro paredes. Fue suficiente para transmitir lo necesario en medio de un silencio tan completo. Un silencio que me ha costado tanto ignorar. Sin salida, la batalla entre mi mente y mi corazón se ha vuelto a revelar. Penetrar otro tipo de pensamiento no se ha tratado de convencerme - convencerlo - que sus citas me resbalan. Llegar a un acuerdo con mi conciencia es mi única opción. Somos diferentes, eso es lo único que tenemos en común.

Se aleja, yo me alejo. Vuelve, y yo me dejo.


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